El estilo fantasioso y desenfadado del artista castellonense Juan Ripollés protagoniza, hasta el 29 de marzo, una muestra al aire libre en la Plaza del Triunfo. Las 15 esculturas de hierro y bronce que forman parte de la colección Universo urbano están creadas, advierte su autor, "para ser tocadas" y para plantear un juego, entre la ingenuidad y la ironía, con el espectador que las contempla.
Ripollés, que presentó su exposición junto con el alcalde de la ciudad, Alfredo Sánchez Monteseirín, y la delegada de Cultura, Maribel Montaño, explicó que su producción se marca el objetivo de alimentar el alma humana. "Siempre digo que el ser humano necesita comer para vivir, pero hay dos formas de comer y de vivir. Una forma es la que precisa el animal y otra la del hombre, que se basa en comer en el estómago, pero también en la mente", reflexiona el creador, que considera que su obra contribuye a "cultivar el cerebro".
Aunque se define a sí mismo más sensitivo que intelectual -"yo no sé; siento, pero no sé", declara-, el interés por la investigación de Ripollés le ha llevado a desarrollar una técnica pionera, un revestimiento de cristal de Murano triturado que provoca que el color elegido para la pieza sea "eterno". Dos de las obras que integran el catálogo de la muestra se adscriben a este novedoso proceso.
La celebración de Universo urbano supone el reencuentro de Ripollés con Sevilla, ciudad en la que vivió en los 60 y donde realizó dos exposiciones, que programó la desaparecida galería Pasarela.
Además de las esculturas de Ripollés en la Plaza del Triunfo, el paisaje urbano tendrá a partir de esta semana otra variación con las obras de Miguel Berrocal (Villanueva de Algaidas, Málaga, 1933-2006) que se podrán ver desde mañana en la Plaza Nueva.
Berrocal. Guerreros y toreros, programada hasta el 26 de marzo y patrocinada por Unicaja, es un formidable conjunto escultórico que ya se ha expuesto en las calles de Málaga. Se compone de 12 voluminosas piezas que oscilan entre los 1,5 y los 4,5 metros y que giran alrededor de claves recurrentes del autor como son la representación del torso y el estudio de los fragmentos.
De este modo, la selección quiere ser un acercamiento a la investigación estética del escultor. El malagueño, que entre otros méritos logró la Medalla de Oro de Andalucía en 1993, profundizó en diferentes técnicas de fundición que conoció gracias a sus estudios en la Facultad de Ciencias Exactas, en Madrid. Esta formación se amplió más tarde con una beca del Gobierno francés, que motivó que Berrocal se trasladara a París, y con la residencia del autor en Verona, centro de la industria metalúrgica italiana.
La muestra se abre con El Diestro, homenaje de Berrocal al mundo de la tauromaquia, y continúa con la serie de los Almogávares, diez torsos en bronce realizados entre 1981 y 1983. El Torso de Luces, otra obra en la que el escultor se inspira en la anatomía humana, cierra el conjunto.
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