Se los puede separar en dos categorías: La primera abarca la percepción de objetos o eventos por otro medio que no sean los cinco sentidos ordinarios.
La segunda, es la facultad de causar un efecto a distancia con la mente.
La parapsicología estudia estos fenómenos de la conciencia desde una óptica científica, si bien son difíciles de explicar con el conocimiento que disponemos hasta el día de hoy.
Hablando de la conciencia, el físico-matemático y premio Nobel Eugene Wigner dijo: “En el presente no tenemos ni la más vaga idea de como conectar los procesos psico-químicos con el estado de conciencia de la mente.”
El físico Nick Herbert lo expresó de esta otra forma: “El mayor misterio de la ciencia es la naturaleza de la conciencia. No es que tengamos malas o imperfectas teorías sobre la conciencia humana, simplemente no tenemos ninguna teoría. Todo lo que sabemos acerca de la conciencia es que tiene algo que ver con la cabeza, más que con los piés”
El estudio de los fenómenos PSI continúa siendo controvertido en parte a causa de la confusión que genera el término “paranormal”. La visión común que se tiene de lo paranormal, especialmente la que reflejan los medios populares (radio, TV), es de algo bizarro, oculto, misterioso, y potencialmente peligroso.
Como dice Marcello Truzzi, un sociólogo del Eastern Michigan University: “El término paranormal fué creado para designar fenómenos considerados naturales -no sobrenaturales-, a los que eventualmente les encontrarán una explicación científica...”
Dean Radin clarifica cual es la diferencia entre Paranormal y Supernatural: “Lo Supernatural tiene muchos significados; el usual es ‘milagroso, atribuido a agencias o poderes por encima o más allá de la naturaleza; divinos”.
Como la ciencia está considerada como un método para estudiar el mundo natural, un fenómeno supernatural es por definición inexplicable por, y por ende totalmente incompatible con, la ciencia.
Hoy, unas pocas tradiciones religiosas continúan manteniendo que los fenómenos Psi son supernaturales, y por lo tanto, no susceptibles de ser estudiados por la ciencia. Pero hace solo cien años, virtualmente todos los fenómenos naturales eran considerados como manifestaciones supernaturales y de los espíritus.
A través de años de sistemática investigación, hoy muchos de estos fenómenos son entendidos en términos prácticamente normales. Por lo tanto, es enteramente razonable el comprender que estos así llamados ‘milagros’ son simples indicadores de nuestra presente ignorancia.
Cualquiera de estos eventos estarían mejor catalogados al principio como ‘paranormales’, y luego como ‘normales’ una vez que que hayamos desarrollado una aceptable explicación científica.
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