«Desde hace no muchos años tratamos muchos más casos de calvicie femenina que, por su frecuencia, se ha bautizado como alopecia nerviosa», explicó ayer la psicóloga Lourdes Dibujo Barreiros, quien destacó que esta patología que afecta principalmente a las mujeres está ligada a cuadros de estrés, ansiedad, depresión, cambios laborales, cansancio o divorcios. «Cuando los hombres se quedan calvos suele ser debido a problemas genéticos u hormonales mientras que las mujeres sufren esta enfermedad por el actual ritmo de vida», añadió. En su consulta ha aumentado el número de pacientes por esta causa. «Muchas vienen derivadas de sus dermatólogos. Los médicos les dan un tratamiento pero nosotros les ayudamos, dependiendo del caso, a controlar el estrés o a superar la ansiedad», afirmó.Emilia Rubio García-Manzano, de Alter Psicólogos, coincide plenamente con su colega. «En mi caso, no obstante, las pacientes no vienen por la alopecia sino por las consecuencias que acarrea esa pérdida de pelo: a las mujeres se nos exige más estéticamente que a los hombres y una calvicie afecta mucho al estado de ánimo. Esta situación lleva parejas depresiones y otras enfermedades», dijo. Añadió, además, que el tratamiento gira en torno al control y manejo de las situaciones de estrés. «También les ayudamos a reestructurarse cognitivamente, es decir, a que aprendan a manejar la situación y a que recuperen la autoestima pese a la calva», subrayó. A juicio de esta psicóloga, además de alopecias, en las clínicas psicológicas cada vez se tratan a más mujeres «con más todo».
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