La crisis no sólo afecta al bolsillo, sino que también se deja sentir negativamente en la salud. En los últimos meses ha habido un aumento de la prescripción médica y de la venta de fármacos antidepresivos. Detrás de ese hecho están los problemas que aquejan a muchas personas que se hallan en el paro o que temen perder su empleo o no poder pagar la hipoteca a fin de mes. «Hay un incremento de recetas de antidepresivos y ansiolíticos. Está demostrado científicamente que los problemas económicos favorecen el aumento de los casos de estrés, ansiedad, tristeza y depresión», indicó a este periódico el coordinador andaluz de salud mental, Rafael del Pino.De la misma opinión son farmacéuticos consultados, que han constatado una subida de la dispensación de medicamentos antidepresivos. «Hemos comprobado que la gente empieza a recurrir antes a los fármacos para hacer frente al estrés, la angustia o la depresión. Es algo que se acentúa en periodos de recesión económica como el actual», expresó el farmacéutico Leandro Martínez.
Distribuidoras farmacéuticas preguntadas señalaron que en 2008 ha habido un aumento del 3,66% de las ventas de fármacos antidepresivos. Así, a lo largo de este año se dispensarán unos 142.000 envases de esos medicamentos. Los dos principios activos que más recetan los médicos de fármacos contra la depresión son fluoxetina y paroxetina.
Las consultas de los centros de salud son el termómetro que mide en primera instancia el incremento de pacientes con problemas provocados por el estrés, la ansiedad y la depresión. Entre el 25 y el 30% de los enfermos atendidos en los centros de salud presentan algún tipo de trastorno mental. La mayor parte de esos cuadros no son graves y se curan sin que sea preciso que el médico de familia remita al enfermo a un psiquiatra o un psicólogo.
Alteraciones psíquicas
El doctor Del Pino explicó que los cuadros de ansiedad, depresión, angustia o somatización son muy frecuentes. «La mayoría de esas alteraciones psíquicas se producen por situaciones adaptativas o por crisis evolutivas que surgen tras la pérdida de un empleo, el cambio de casa, la muerte de un familiar o la evolución de los adolescentes». A esas causas tradicionales hay que añadir ahora las dificultades económicas que la crisis trae consigo, y que hacen que muchas personas se ven agobiadas al no poder hacer frente a sus pagos y carecer del dinero suficiente para salir adelante.
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