MADRID. La valoración de los españoles sobre su situación personal es  muy positiva. Los ciudadanos puntúan su vida en general con un 7.5  y ese "notable" aún sube más cuando se trata de calificar su  situación familiar (8.1 sobre 10) y sus amistades (8), al tiempo  que también se reconocen satisfechos con su salud (7.3), su  situación laboral (6.7) y los ingresos en el hogar (6.3). A la  pregunta de cómo valoran su situación personal actual, el 66 por  ciento responde que es "buena" o "muy buena y la mitad cree que  seguirá igual e incluso un tercio piensa que mejorará. 
Tan optimistas resultados proceden del estudio "Primer retrato  social de los españoles", realizado por la Fundación BBVA mediante  una encuesta a 2000 personas el pasado mes de junio sobre los  valores, intereses y actitudes de los ciudadanos. 
En el ámbito de las creencias, tres cuartas partes de los  españoles se define como católico y la pertenencia religiosa es  mayor entre las mujeres, las personas de mayor edad y entre los que  sólo tienen estudios primarios. Pese a este dato rotundo, el nivel  de religiosidad es bajo. El porcentaje de los que creen sin duda en  que Dios existe de verdad es del 38.8 por ciento entre la población  general, pero tampoco es mucho mayor entre los católicos, un 47.8  por ciento. El 38.5 por ciento los católicos admite no ir nunca a  ceremonias religiosas si no se trata de bautizos, bodas o  funerales, mientras que un tercio de los que profesan esta religión  confiesa que no reza nunca. 
Con todo, la Iglesia católica es la institución que menos  confianza inspira a los españoles, que la puntúan con un 4.4 sobre  diez en el último lugar de una lista que encabezan las  Universidades (6.9) y el CSIC (6.4), y a la par con las empresas  multinacionales (también 4.4). Por su parte, los religiosos  (sacerdotes, obispos, pastores, rabinos etc) son los profesionales  menos valorados, con un 4.2 sobre diez, sólo superados por la  escasa confiaza que generan los políticos, que con un 3.4 cierran  la lista que encabezan por su parte los médicos (7.1) y los  científicos (6.9). 
Un 43 por ciento cree que no es necesario creer en una religión  para tener valores y actuar de un modo ético frente a un 35 por  ciento que tiene la visión contraria. 
Matrimonio gay 
En la visión que los españoles tienen sobre la pareja, ocho de  cada diez cree que la convivencia sin matrimonio es aceptable y  seis de cada diez aceptan las bodas entre personas del mismo sexo,  al tiempo que siete de cada diez considera el divorcio una práctica  aceptable. Menos consenso se alcanza en el apartado de la adopción  de niños por parte de parejas homosexuales: el 44 por ciento cree  que es aceptable frente al 42 por ciento que opina lo contrario. 
La aceptación del matrimonio homosexual es mayor entre los  jóvenes, los que tienen estudios superiores, las personas no  adscritas a una religión y quienes se identifican con la izquierda  del arco político. Por su lado, el mayor rechazo llega de los  mayores de 55, los que sólo tienen estudios primarios y las  personas que dice ser de derechas. 
El matrimonio como institución mantiene su vigencia y más de la  mitad está en desacuerdo con que esté pasado de moda, aunque siete  de cada diez está en desacuerdo que para ser feliz sea necesario  casarse. 
Por otra parte, casi ocho de cada diez españoles creen que  trabajar es una forma de poder realizarse personalmente y lo más  importante en un empleo es el sueldo (27 por ciento), la  estabilidad de un contrato fijo (25.2 por ciento) y la posibilidad  de conciliación con la vida personal (22 por ciento). 
Política lejana 
En el apartado de la política, la mayoría de los españoles  (38.2 por ciento) se reconoce de izquierdas, el 18 por ciento de  centro y el 14.5 de derechas. Casi tres de cada diez no se  posiciona políticamente. 
El modelo del Estado del Bienestar sigue plenamente vigente  para la gran mayoría de los consultados y con independencia de su  orientación ideológica. La valoración de la democracia es positiva  para el 65.7 por ciento. Sin embargo, la tibieza es la  característica de las puntuaciones que se otorgan a los tres  poderes del Estado: un 5.2 al Parlamento, un 5.1 al Gobierno y un  5.2 a los tribunales de Justicia. 
La política se coloca en el nivel más bajo del mapa de temas  informativos que interesan a los españoles (con un 4.6 sobre diez)  y que encabezan los asuntos de salud (6.8). La encuesta constata la  existencia de un distanciamiento entre la agenda política y los  ciudadanos: el 67.3 por ciento cree que los políticos no prestan  atención a los temas que de verdad importan a la gente. Cuando se  les pregunta sobre los asuntos fundamentales que Congreso y  Gobierno deberían tratar prioritariamente este año, la mayoría cita  la lucha contra el terrorismo (26.2 por ciento), seguido a bastante  distancia por el control de la inmigración (16.7 por ciento), el  acceso a la vivienda (14 por ciento) y la creación de empleo (12  por ciento).  
Terrorismo e inmigración son asuntos especialmente prioritarios  para los mayores de 65 años, las personas con estudios primarios y  simpatizantes de la derecha. Para los más jóvenes la prioridad es  la vivienda. En términos generales, el 56 por ciento cree que la  llegada de inmigrantes es un fenómeno más positivo que negativo,  aunque cree que el Gobierno debería establecer cupos de entrada (46  por ciento) o dejar que vengan mientras que haya puestos de trabajo  disponibles (39.7 por ciento). 
Un tercio de los españoles valora positivamente la situación de  España y más de la mitad cree que va a mejorar. Son más negativos  cuando se les pregunta por la situación del mundo, sobre lo que el  58.2 por ciento opina que es mala y la mitad cree que no va a  mejorar. Coincidiendo con las encuestas del CIS, terrorismo, paro e  inmigración son los principales problemas de España en la  actualidad para los consultados.
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